La grandeza de Dios es la grandeza de su humanidad
Posted by antenamisionera en diciembre 22, 2009
(Día de Navidad, 25 de Diciembre de 2009)
Evangelio: Juan 1, 1-18
Por José María Castillo
Una “palabra” es un signo que “comunica” una idea, un conocimiento. En el antiguo Oriente, la palabra era un “poder” portador de una “realidad”. El Dios, que se muestra al mundo con el nacimiento de Jesús, es “comunicación” y “donación” de la realidad misma de Dios. Es asombroso: Dios se cambia, de la grandeza de los cielos, a la bajeza de un pesebre maloliente.
“Y la Palabra se hizo carne”. La encarnación de Dios en Jesús significa que Dios se despoja de todo su poder y autoridad. Es el anonadamiento de Dios (Fil. 2,7), que se funde con lo humano. Dios salva descendiendo, despojándose, privándose de medios, poderes y dignidades. Hay futuro y esperanza, no en el crecimiento del poder, sino en la dignificación de lo humano.
“A Dios nadie lo ha visto jamás”. Dios está fuera de lo que nosotros podemos conocer. Desde el momento en que decimos que lo conocemos, eso que conocemos , ya no es Dios, es un “objeto” que nosotros elaboramos. Lo que nosotros podemos conocer de Dios es lo que nos ha revelado en el niño “envuelto en pañales y acostado en un pesebre”. La grandeza de Dios es la grandeza de ese niño que no tiene otra grandeza que la grandeza de su humanidad.
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