Domingo 8º del T.O. – 27 de Febrero de 2011
Hay una parábola oriental que es aleccionadora: «Un monje hindú, un sannyasi, había llegado a las afueras de la aldea y acampó bajo un árbol para pasar la noche. De pronto llega corriendo un habitante de la aldea y le dice: ‘¡La piedra! ¡La piedra! ¡Dame la piedra preciosa!’. ‘¿Qué piedra?’, le pregunta el sannyasi. El aldeano contestó: ‘La otra noche se me apareció en sueños el Señor Shiva y me aseguró que si venía al anochecer a las afueras de la aldea, encontraría a un sannyasi que me daría una piedra preciosa que me haría rico para siempre. El sannyasi rebuscó despacio en su bolsa y sacó una piedra.