Adviento: “ama, reza, espera…”
Posted by antenamisionera en noviembre 24, 2011
Domingo 1º de Adviento – 27 de Noviembre de 2011
Evangelio: Mc 13, 33-37
Alguien, escuchó interiormente el evangelio de este domingo, resumido en estas tres palabras: Ama, reza y espera…
Es un buen evangelio, y un buen resumen, pero especialmente para este tiempo de Adviento…
AMA: Por ahí se empieza, porque el amor es el fundamento de todo. Ama a Dios con fuerza, deséalo de verdad. Pero que sepas que Él te ha amado primero. Ábrete
a su amor… Y puedes crecer en el amor, porque Dios te está amando más. Déjate amar, para que ames.
Ama a todas las personas en las que Dios se refleja; a todas, aún esas que menos conoces. Que cada hombre o cada mujer que se acerque a ti se sienta acogido, afirmado y celebrado…
Ámate a ti mismo: con humildad y compasión. Si no te amas porque no sabes aceptarte, transmitirás amargura.
Ama el Adviento. Es un tiempo en el que estamos llamados a crecer. Amar el Adviento es abrirse al amor. Es el amor que se da la mano con la esperanza. Es alimentar los grandes deseos de presencia, de amistad, de comunión y de entrega…
REZA: ¿Por qué dirán que la oración es difícil? ¿Por qué dirán, Dios mío, que es inútil rezar? No sabe rezar el que no ama. No cree en la oración el que no espera. No reza el que sólo confía en sí.
Tú reza, como te salga del alma. Reza para agradecer, para expresar tu amor. Reza desde el sufrimiento, convirtiendo tu oración en gemido. Reza en comunión con los que sufren. Y reza desde la debilidad para que Dios te dé la fuerza.
La oración es el arma de lo débiles, el suspiro de los que sufren, el anhelo de los que aman. Puedes convertir en oración tu trabajo y tu descanso, tu dolor y tu alegría, tus deseos y esperanzas, tus amores y vacíos, tus palabras y silencios, toda tu vida…
Sea tu oración en Adviento “VEN”. Es una súplica poderosa. Es la expresión ardiente de un deseo de presencia. Es manifestación de amor.
ESPERA: Ten paciencia y confianza. Todo tiene su tiempo y su momento…
Paciencia se necesita, porque las dificultades son muchas… Queremos las cosas enseguida… Somos impacientes. Por eso nos viene bien una cura de paciencia y confianza. Ya ves, llevamos pidiendo dos mil años pidiendo que venga el reino de Dios, y seguimos esperando.
Espera, que todo se solucionará, pero no cuando nosotros queramos y como nosotros queramos. Las soluciones de Dios son mucho mejores.
Espera, con paciencia y confianza, como la Madre. ¡La Madre! Ella no tardará en tener al hijo, y se llamará Dios con nosotros, el Salvador, el Mesías.
Deja una respuesta