Se supone que la celebración de esta fiesta es para recordar la venida a nuestra tierra de Jesús de Nazaret como Dios hecho hombre. Quizás más que recordar se trata de “revivir” aquellos momentos que, si seguimos la enseñanza de la fe, se pueden calificar de cruciales o tremendamente significativos para nuestra vida cristiana.
¿Pero en realidad a qué se reduce esta celebración?