Domingo 3º de Adviento – 11 de Diciembre de 2011
Cuando éramos niños, la mayoría de nosotros teníamos miedo a la oscuridad. Algo normal y lógico.
Pero a medida que vamos creciendo le vamos teniendo más miedo a la “luz”. Con el paso de los años vamos teniendo más cosas que “ocultar” e intentamos huir de la luz que lo ponga al descubierto. Perderíamos nuestra imagen frente a los demás.
Algo tiene que ver el evangelio de este domingo con una experiencia tan común.