Nuestra condición humana es de soledad. Por más que queramos rodearnos de personas, las decisiones más importantes hay que tomarlas siempre en la más profunda soledad.
Muchas veces nos cuesta convivir con ella. Necesitamos encender la tele, la radio, navegar por internet y llenar todo nuestro tiempo y todo nuestro espacio de ruido y jaleo.
En algunos momentos sumergirnos en la verborrea del mundo es necesario, pues tenemos una dimensión social, a la que no debemos renunciar; en otros, en