Verte. En el medio de la noche. Verte en lo cotidiano, tus señales sutiles en el fango –cuanto más barroso, más profunda tu huella… Verte en el dolor y en el amor. Verte prendido y prendado de los sueños de los hombres y mujeres, aferrado a los que nos atrevemos a seguir soñando. Verte a nuestro lado (si nos pones a tu derecha, ¿será que estás siempre un poquito más a la izquierda que nosotros?)
Abrir mi mirada para verte, para no dejar de verte. No dejarme «abrumar», confundir por la bruma; conservar los ojos lo más límpidos Lee el resto de esta entrada »