¡Qué aproveche!
Posted by antenamisionera en mayo 21, 2013
Los informes de estadística del semestre pasado acusan, en Tokyo, el volumen de desperdicio en plásticos. Los movimientos cívicos ecologistas recomiendan a consumidores acudir a la compra con su propia bolsa, pero la encuesta comprueba que en los cajeros de los supermercados se entregan unos veintiocho mil millones de bolsas plásticas al año; contraste fuerte con la tradición de no desperdiciar. En un simposio sobre “Desarrollo sostenible y tradición cultural japonesa”, me preguntan cómo explicar en español el sentido de dos palabras típicas de la cultura japonesa: itadakimasu y mottainai.
Itadakimasu se dice antes de comer: “lo recibo con gratitud”. Niños y niñas de tres añitos no probarán bocado sin decir antes ¡itadakimasu! Y si se dejan la mitad del plato, la abuelita les reprenderá diciendo: Mottainai. El antropólogo Yanagida Kunio (1875-1962) estudió la cultura del cuidado de la vida con gratitud y responsabilidad, plasmada en el lenguaje usado para dar gracias en el comedor y no tirar las sobras.
Mottainai, en japonés, es lo contrario de “usar y tirar”: Aprovecharlo todo, sin malgastar. Han servido en el restaurante dos rodajas de pescado, pero te basta con una;ofreces la otra a tu acompañante, diciendo: “tirarla sería mottainai”. Un refrán típico: “En las sobras está la buena suerte”. Lo repite la madre de familia en la cena ante un rehogado de verduras con restos de la semana, que en España llamarían “ropa vieja”.
La ecologista de Kenia, Wangari Maatahai, Premio Nobel de la Paz en 2004, admiró en Japón la riqueza del concepto mottainai, hoy conocido en el extranjero con su mismo nombre para promover la cultura del reciclaje.
Pero, en el citado simposio, hubo que reconocerlo: en España, como en Japón, hoy día se desperdicia mucho. Cerca de 30 millones de personas en Japón desperdician comida y bebida diariamente, mientras que en otro lado del planeta hay 1.2 billones de personas hambrientas. En un país que por razones de balanza de pagos importa mucho arroz, a pesar de tener exceso del suyo, se desperdician millones de toneladas sobrantes en los supermercados. Hoy, en vez de admirar las costas del llamado Mediterráneo oriental, entre la isla de Honshu y la de Shikoku, constatamos la contaminación ambiental y destrucción del entorno en la costa sudeste japonesa. Por lo que se refiere a los desperdicios, es impactante un paseo por los alrededores de la isla artificial en la bahía de Tokyo donde está entrando, durante las veinticuatro horas del día, una procesión de camiones de basura. Para más inri, el nombre del paraje, Yume no Shima, significa “Isla de los sueños”. ¡Como para soñar irónicamente con un planeta ambientalmente ideal!
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