Las mujeres y el Islam (1) Mujeres musulmanas, derechos humanos y movimientos de emancipación
Posted by antenamisionera en febrero 21, 2014
«Dios os ha hecho amar la fe y la ha hecho grata a vuestros corazones, y os ha hecho detestable el rechazo de la verdad, la iniquidad y toda rebelión [contra lo que es bueno](…). Dios ama a los que obran con equidad” (49: 7-10)»
No hay una mujer musulmana sino muchas. La mayoría en países no árabes (Indonesia, Pakistán, Afganistán…). Coinciden en que, mayoritariamente aún son tratadas, de alguna manera, como menores, aunque las diferencias entre unos sitios y otros pueden ser abisales. La homogeneidad no es, pues, la característica más relevante, sino todo lo contrario.
Derechos Humanos. Un vistazo global
Lo que suele llamarse, a grandes rasgos, mundo musulmán, y quizá no de una manera muy justa, se define también por su diversidad y heterogeneidad. A la cabeza de derechos de las mujeres en el mundo arabo-musulmán desde hace tiempo se encuentra Túnez, en gran parte gracias a las políticas del presidente de mitad del siglo pasado, Habib Bourguiba, que puso en práctica políticas liberales en lo referente a derecho con grandes pinceladas de estado del bienestar en lo social y gracias también a la activa vida cultural, universitarias, intelectual, de ese país. Hecho nada deleznable.
En Arabia Saudí, el gran amigo de Occidente, no pueden conducir ni pasear por la calle con un varón que no sea familiar. En Irán, el gran enemigo, sí conducen y, además de ello, abarrotan universidades, aunque todo ello veladas (con hiyab puesto) de acuerdo con la una estricta obediencia al líder religioso (Ayatollah) en esa república islámica
En otros sitios, como Pakistán, los crímenes de honor están a la orden del día, nacer niña puede ser un problema y la educación no está hecha para ellas. De Afganistán tenemos grabadas en los ojos las imágenes de las mujeres tapadas íntegramente y excluidas tanto de la educación como del mundo laboral por los talibán.
En otros países, como Marruecos, se han dado avances, al menos sobre el papel, en los últimos años, derivados de modificaciones legislativas, como, en este caso, el Código de Familia.
Todo ello, constituciones y leyes, de poco sirven si no se da transformación en lo referente a los ámbitos económico y social.
Distintas realidades
Todos los aspectos comentados se dan paralelamente a otras realidades. Mejor dicho, en muchos lugares se dan de manera paralela realidades aparentemente contradictorias. Una pareja joven que camina tranquilamente por el paseo de la Corniche en Beirut (Líbano) e incluso se toma un café en alguna cafetería de lo que hace años dio en llamarse la Tánger del Mashriq (el Oriente del mundo arabomusulmán). En Qatar y en Egipto mujeres periodistas han tomado importancia y visibilidad en los últimos decenios en distintos medios de comunicación. En Irán (Persia, país no árabe), se ha multiplicado el número de abogadas (muchas de ellas, además, defensoras de los Derechos humanos). En Rabat, en la zona «cool» las y los jóvenes (con dinero) disfrutan, en libertad, en algunos bares, de la música de moda mientras beben (también alcohol), charlan y bailan animadamente… Esto ocurre de Occidente a Oriente mientras en otras zonas de esos mismos países todavía se viven escenas como mujeres apedreadas por adulterio, adolescentes que son obligadas a casarse con su violador, sanciones a chicas jóvenes por reunirse con varones con los que no tienen parentesco… Como puede observarse realidades entremezcladas.
Los datos relevantes pormenorizados relativos a mujeres en países de tradición musulmana y Derechos Humanos podemos encontrarlos en los informes de diversas ONG (Amnistía Internacional, Human Rights Watch…) y otras instituciones. Violaciones de Derechos Humanos que, evidentemente, han de ser sacados a la luz.
Al hablar de este asunto, sin embargo, suelen obviarse varias realidades tan reales como las anteriores.
– Estos ataques a la dignidad de la mujer en las zonas de tradición islámica en muchos casos, sin embargo, no tienen su base ni en el Islam ni en el Corán. Así, habría que diferenciar entre las violaciones de Derechos Humanos fruto de las costumbres y tradiciones del país en cuestión (uso del burqa, ablación, exclusión de la mujer de los ámbitos educativo y laboral…). Las que son consecuencia de una determinada interpretación del Corán, como en lo relativo a asuntos de vestimenta, herencia y divorcio. Las que son, también, una mezcla de ambos. En todos estos asuntos se centrará, precisamente, la segunda parte de esta serie dedicada a las mujeres y el Islam, haciendo hincapié en lo que dicen al respecto los textos islámicos (Corán, Sunna…).
– Mujeres del Islam son también aquellas que viven fuera de las fronteras del llamado mundo arabo-musulmán (Arabia Saudí, Egipto, Marruecos…) y del mundo (mayoritariamente) musulmán a secas (Irán, Indonesia, Afganistán…). Esto es, las comunidades musulmanas en Europa, Estados Unidos… Estas realidades también forman parte de lo que podemos llamar realidad de las mujeres islámicas, como las musulmanas de América y Europa, formadas por autóctonas (Melilla y Ceuta, en el caso de España), emigrantes, conversas…
– El trabajo intelectual, las luchas, los movimientos de emancipación. las redes de mujeres musulmanas organizadas en defensa de los Derechos Humanos…
A este último aspecto, que generalmente no toma tanto protagonismo ni ocupa portadas de periódicos, dedicamos algunas breves pinceladas en el siguiente epígrafe.
Musulmanas en movimiento. Feminismo islámico (Del Iqra a la Iytihad)
Es extremadamente injusto, hay que decirlo alto y rotundo, identificar a la mayoría de las mujeres musulmanas con esos seres sumisos presentes en el imaginario de gran parte de la población occidental. Hay una gran movimiento que trata de recuperar lo que consideran más auténtico del Islam (deshaciendo la huella únicamente masculina, patriarcal…).
«Iqra» (lee, en árabe) es la primera palabra del Corán y es una de las obligaciones de los creyentes musulmanes, que muchas musulmanas llevan ya tiempo poniendo en práctica. Leer, releer, interpretar, actualizar (aggiornare), dotarle del sentido adecuado en cada momento y en cada sociedad (siempre con la dignidad, de la que ya habló Muhammad, en primer plano). De esto, las mujeres han sido excluidas durante largo tiempo. Pero a lo largo del siglo XX y XXI han surgido mujeres, movimientos, que han rescatado lo que consideran más propio, más real… buscando, por decirlo de alguna manera, la reivindicación de la igualdad de género dentro de un paradigma islámico. Poniendo en práctica la llamada Iytihad (esfuerzo, estudio, razonamiento independiente, discernimiento, aplicando la razón en la interpretación de los textos). Una bocanada de aire fresco.
De hecho, las lecturas e interpretaciones de los textos sagrados de las tres grandes religiones monoteístas han estado en manos de los hombres y de sus decisiones sobre qué había que hacer con aquello. En el Cristianismo desde hace tiempo tenemos a eminentes teólogas (Dolores Aleixandre, Lucía Ramón y compañía), en el Islam va creciendo el número de mujeres que se han puesto manos a la obra, arrebatándoles a ellos la exclusividad en el manejo del contenido del Libro y recuperando, también, el legado de importantes mujeres musulmanas que han sido figuras relevantes dentro del Islam, pero que ellos mantuvieron/mantienen ocultas.
Una de las abanderadas del feminismo islámico en España, Natalia/Ndeye Andújar (musulmana, feminista, docente, miembro de Red Musulmanas y de Junta Islámica) lo explicaba de esta manera en una entrevista en la revista Alandar. “No hay que confundir el patriarcado, las estructuras jerárquicas, las interpretaciones de los textos que han estado en manos de los hombres a lo largo de los siglos, con la dimensión espiritual de las religiones. Desde el feminismo no se debería defender una visión esencialista de las religiones”. Además, tal y como señala en su página web (https://ndeyeandujar.wordpress.com/), «se confunde el Corán, un mensaje espiritual para todas las mujeres y hombres, con las leyes humanas que se codificaron en la Edad Media (en el siglo XIII se cerraron las puertas del iÿtihad, el esfuerzo interpretativo). Es necesario que cada vez haya más eruditas musulmanas que contribuyan en la creación de conocimiento religioso que permita desarrollar estrategias holísticas para crear un cambio social positivo. Esto supondría una afirmación de la autoridad de las mujeres frente al exclusivismo masculino actual».
Pero, ¿qué es el feminismo islámico?, ¿no es acaso un oximorón? Ziba Mir-Hosseini (iraní experta en derecho islámico) apunta lo siguiente. “El retorno a las interpretaciones pre-modernas de la sharia, con todas sus restrictivas leyes sobre y para las mujeres reivindicadas por el “islam político” fue lo que originó la aparición del feminismo islámico, criticando a los islamistas por combinar islam y sharia con un burdo patriarcado y por defender que el sistema patriarcal fue un mandato divino. Esas mujeres musulmanas se enfrentaron a las horribles leyes que los islamistas deseaban imponer en nombre del islam, y así comenzaron a exigir la justicia y la igualdad que su propia comprensión del Corán les condujo a creer era central en el Islam».
Por su parte, Margot Badran (historiadora estadounidense y miembro fundador del Centro de Diálogo Islamo-Cristiano Príncipe Alwaleed Bin Talal de la Universidad de Georgetown) explica. «El feminismo islámico trata de recuperar la noción de igualdad de género, radical en su día, que la revelación coránica introdujo en la realidad de la Arabia Patriarcal del siglo VII… Así, el feminismo islámico tiene como tarea sacar a la luz y erradicar las ideas patriarcales y prácticas desigualitarias que han sido glosadas como islámicas, y recuperar la idea central de la igualdad de género (inseparable de la igualdad de todos los seres humanos). El nuevo paradigma del feminismo islámico surgió a finales de los ochenta en sociedades musulmanas de África y Asía y en comunidades de Europa y América del Norte» («Islamic Feminism Revisited», Margot Badran, en la revista CounterCurrents).
Andújar, Badran y Mir-Hosseini son precisamente tres de las figuras más relevantes de este movimiento progresista. Echemos un vistazo a esta fecunda red de mujeres y movimientos feministas islámicos (en sus diversas variantes), que ha sido como una flor en medio de los barbudos e integristas. De Indonesia a Estados Unidos pasando por España. Ellas leen, hablan, interpretan, comparten, deciden… Ellas como una luz y son muchas. Enriquecedores matices en los puntos de vista de unas y otras. Mujeres del mundo de la teología islámica, del Derecho, de las artes, de las letras, de la ciencia, del periodismo… Feminismos que en algunos casos han ido de la mano de feminismos árabes.
Destacan, entre otras, Amina Wadud (profesora de Estudios Coránicos, EE.UU., una de las fundadoras de «Sisters in Islam»), Asma Barlas (Pakistán), Val Moghadam (Irán), Sadiyya Shaikh (doctora en Estudios Islámicos, Sudáfrica), Riham Said (periodista, Egipto), Lily Zakiyah Munir (Indonesia), Layla Bousquet (Francia), Nayereh Tohidi (Irán), Balghis Badri (Sudán), Asra Nomani (EE.UU.), Zainah Anwar (Malasia), Shaheen Sardar Ali (Pakistán), Fatema Mernissi (Marruecos), Asma Lamrabet (Médico, Marruecos), Saleemah Abdul Ghafar (EE.UU, miembro de Musulmanes por los Valores Progresistas)…
En España no puede hablarse de feminismo islámico sin citar a Laure Rodríguez (Unión de Mujeres Musulmanas de España), Isabel Romero, Amparo Sánchez… Tampoco puede obviarse el Congreso de Feminismo Islámico (https://feminismoislamico.wordpress.com/) que desde hace varios años se celebra en el Estado Español y que es una de las pruebas de este sano vendaval abanderado por ellas que somos también nosotras. Organizado por Junta Islámica Catalana y la Unión de Mujeres Musulmanas de España
Otros nombres a tener en cuenta, de mujeres que no se definen como feministas musulmanas, pero que, bien como feministas, bien como críticas del Islam, bien como intelectuales y desde su ejercicio como profesionales liberales, están dentro del gran círculo de mujeres que dentro de entornos de tradición musulmana aportan luz al trinomio mujer-Islam-liberación, desde Irán a Marruecos pasando por El Cairo. Entre ellas, Nawal al-Sadawi (escritora egipcia, feminista crítica del Islam), Wassyla Tamzali (escritora crítica del Islam, Argelia), Malika Mokkedem (escritora argelina), Assia Djebar (intelectual de Argelia), Shirin Ebadi (juez y activista pro Derechos Humanos, Irán), Haifaa Al-Mansour (directora de cine, Arabia Saudí), Rafidah Abdullah (escritora y actriz, Malasia) …
De entre las organizaciones de feministas islámicas destacan, entre otras.
– Baobab (Nigeria). Organización de Defensa de los Derechos Humanos de las Mujeres. Su labor consiste en la defensa y promoción de los derechos de las mujeres que se encuentran en un entorno en el rigen leyes religiosas (Islam). Forman parte del Movimiento Solidaridad Internacional de Mujeres bajo Leyes Islámicas ( http://www.wluml.org/ ) http://www.baobabwomen.org/
– Sisters in Islam (Malasia). Uno de los movimientos pioneros de la lucha de las mujeres musulmanas. Nacido en el seno de un asociación de jóvenes abogadas hace más de veinte años, trabajan en la promoción de una concepción del Islam que reconoce los principios de justicia, igualdad, libertad y dignidad en un contexto democrático. Uno de sus principios es la siguiente aleya del sura La Vaca del Corán «No cabe coacción en religión» (2:256). Más información en Prhttp://www.sistersinislam.org.my/
De las organizaciones de defensa de los Derechos Humanos en el Islam, destaca.
– Musulmanes por los Valores Progresistas (MPV). “Dios gusta de la justicia, la amabilidad y la generosidad para con los demás” (Corán 16:90). Comunidad inclusiva que tiene sus raíces en los ideales coránicos de dignidad humana y justicia social. Les definen las oraciones mixtas (no segregación en las mezquitas, incluso mujeres dirigiendo el rezo), la defensa de la igualdad y de los Derechos Humanos, de los Derechos de las mujeres y de los Derechos LGBTQI, además de una interpretación crítica del Corán.
Para concluir, una cita de una gran mujer;
«Violando los derechos de las mujeres, se violan los derechos ante Dios» (Amina Wadud).
(Seguirá una segunda entrega)
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