Domingo 14º del Tiempo Ordinario – 6 de Julio de 2014
Me da la impresión de que con la religión pasa como con el circo. Hay en ella una especie de juego de trapecio, de triple salto mortal donde lo que vale es “el más difícil todavía”. Lo sencillo, lo ordinario no tiene mérito, no parece tener valor.
En tiempos de Jesús no bastaba con cumplir los Diez Mandamientos. Para ser un buen judío había que observar 613 preceptos, de los que 365 eran prohibiciones -una por cada día del año- y 248 mandamientos positivos -tantos cuantas partes integraban el cuerpo humano según la medicina vigente. Lee el resto de esta entrada »