Director de la Revista Tiempo Latinoamericano
Si algo no pudieron lograr los asesinos de Mons. Angelelli fue borrarlo del mapa. Hoy está presente en muchos lugares donde en vida no llegó. Hay calles, rutas, escuelas, comedores escolares, guarderías, barrios, villas que enarbolan su nombre con orgullo. El mayor fracaso militar fue la resurrección del obispo asesinado. Lee el resto de esta entrada »