Fiesta de la Inmaculada – 8 de diciembre de 2016
En el corazón del Adviento, hoy celebramos lo que Dios hizo en María como privilegio especial por ser Madre de Jesús: preservarla de lo que llamamos “pecado original”.
Los sabios, es su deber, intentar explicar qué es eso del pecado original. No resulta fácil en ocasiones buscar argumentos científicos para explicar cosas que todos sentimos. Pablo en la carta a los Romanos confiesa que siente en él mismo una fuerza que le lleva a hacer el mal que no quiere. Y esta experiencia nos es común a todos. No somos capaces de ser lo buenos que quisiéramos ser. Ser buenos nos supera. Estamos dañados en lo más profundo de nuestro ser. Salimos con un “defecto de fabricación”. Nuestra condición humana lleva en sí misma una tendencia al egoísmo, a no hacer todo el bien que desearíamos. Esto es una manera de describir el pecado original. Llamados a encontrar a un Dios que no puede ser descubierto nada más que en el amor, nos vemos sorprendidos por íntimos y hondos deseos de “hacernos nosotros dioses”, de interrumpir el camino de amor y mirarnos sólo a nosotros mismos. “No vayas a Dios, hazte tú mismo dios. Sí, tú mismo puedes ser un dios. Haz tu “santa voluntad y déjate de historias”… Lee el resto de esta entrada »