BLOG DE ANTENA MISIONERA

"Mirar con los ojos de los que sufren"

No podía faltar una mujer…

Posted by antenamisionera en diciembre 28, 2016

Fiesta de Santa María Madre de Dios

Lucas 2, 16-21.maria-madre

 

Empezamos bien el año, hermanos. Con buenas noticias, que no han aparecido en los telediarios ni en la prensa, pero que escuchamos hoy, en la fiesta de Santa María Madre de Dios. Y es que no podía faltar el protagonismo de una mujer en el comienzo de algo nuevo

Todavía estamos en Navidad. Celebramos el Nacimiento de Cristo. Nuestra atención está centrada en él, también hoy que recordamos a su Madre. Él se llama Jesús, que significa: Dios-salva. Y es él el quien ilumina nuestra existencia entera y nos ofrece la salvación de Dios.

Según la primera lectura los sacerdotes del antiguo Israel invocaban en la liturgia, sobre todo en año nuevo, la bendición y la paz de Dios sobre todo el pueblo.

Pero nosotros los cristianos tenemos motivos mucho más plenos para alegrarnos y esperar que Dios bendiga nuestro nuevo año, haciendo prosperar la paz en torno nuestro. La razón es la misma que hemos ido escuchando en todo este tiempo.

Y hoy nos dice Pablo: “Dios envió a su Hijo, nacido relojde una mujer, para que recibiéramos el ser hijos por adopción”.

 

 Somos hijos, no esclavos

O sea, el Hijo de Dios se ha hecho hombre, en el seno de la Virgen María, para que nosotros, los hombres, seamos hijos adoptivos de Dios. Por eso podemos decir con confianza, o mejor aún, es el Espíritu de Dios el que puede gritar dentro de nosotros: Abba, Padre. Somos hijos, no esclavos.

Ésa es la mejor perspectiva del año que empieza. A lo largo de sus doce meses podremos encontrarnos con dificultades de todo tipo. Podremos caer enfermos, sufrir las mil vicisitudes de la vida. Pero no estamos solos. ¡Somos hijos! Pertenecemos a la familia de Dios. No podemos dejarnos dominar por el pesimismo o la angustia. Nos ha nacido Jesús, el-Dios-que-salva. Y él nos ha enseñado quién es Dios para nosotros: a veces le llamamos Creador, Todopoderoso, Ser Supremo, Dios, Señor… Pero Jesús nos ha dicho que le podemos llamar Padre.

Con buen augurio y felicitación empezamos el 2017.

 

 Santa María Madre

El recuerdo de la Virgen María hace aún más agradable esta buena noticia.                                                                                                                                 Ella, María de Nazaret, una humilde muchacha de pueblo, fue elegida de Dios para traer a este mundo al Salvador. Y hoy, primero de enero, los cristianos le dedicamos una de las fiestas más solemnes del año, recordando y celebrando su Maternidad: Santa María, Madre de Dios.

Ciertamente es un recuerdo que a todos nos llena de alegría y de esperanza. Y que está plenamente centrado en el espíritu de estas fiestas navideñas: ella, nuestra mejor maestra en la celebración de la navidad.

María, la Madre, la que dio a luz a Jesús. La que se alegró íntimamente de la presencia de los pastores y de las palabras que decían. La que le llevó al templo. La que junto con José su esposo, y siguiendo la indicación del ángel, le puso el nombre de Jesús. La que “meditaba todas estas cosas” que pasaban a su Hijo, “guardándolas en su corazón”…

Más tarde ella será también la perfecta discípula de su Hijo, la primera cristiana, miembro de la comunidad apostólica de Jerusalén.

Por eso no nos extrañamos que, junto a su entrañable título de Madre de Dios, sea invocada hoy gozosamente por los cristianos como Madre de la Iglesia, Madre de todos los que creen en Cristo Jesús.

Así empezamos el año con una fe renovada en Jesús, como Dios Salvador. Y a la vez con un recuerdo filial hacia su Madre y nuestra Madre.c-santa-maria-madre-de-dios

 

 La eucaristía

Y lo empezamos celebrando la Eucaristía. Precisamente la Virgen es el mejor modelo de cómo tenemos que celebrar esta Eucaristía. Ella, la discípula de Cristo, guardaba estas cosas, las meditaba: y así nos enseñó la actitud de escucha de la Palabra.

También fue ella la que mejor supo alabar a Dios, dándole gracias en su canto del Magníficat, por lo que había hecho en favor de todos. Y finalmente estuvo al pie de la Cruz, en comunión perfecta con su Hijo en el momento de la muerte, como lo había estado en el de su nacimiento.

¿No son estas tres actitudes las fundamentales en nuestra Eucaristía?    Escucha de la palabra, acción de gracias, comunión con el Cuerpo entregado y la Sangre derramada de Cristo Jesús…

Que la Virgen María, Madre, nos haga celebrar con fe la Eucaristía y nos dé ánimos para empezar con optimismo cristiano el nuevo año.

 

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