Domingo 3 Ciclo A – 22 de enero de 2017
Ni Simón, ni Andrés, ni Santiago ni Juan, tenían idea de quién fuese aquel desconocido que pasaba por las orillas del Lago. Ellos estaban a lo suyo. Y un desconocido les invita a dejarlo todo y a seguirle. Así de simple. Y sin mayores explicaciones. ¿No sería una trampa? ¿No sería un engaño o una simple tomadura de pelo?
No es que tuviesen mucho que dejar, pero tenían para vivir. Una barca y unas redes. Suficiente para poder comer. Y un padre que sin ellos, tampoco podría hacer grandes cosas. Al fin y al cabo, ellos eran su apoyo y su futuro. Lee el resto de esta entrada »