Domingo 5º – A – 5 de febrero de 2017
Mateo 5. 13-16.
La sal, en su justa medida, da gusto y mejora los alimentos. Nadie se come la sal aparte, sino bien mezclada con todos los demás ingredientes. Del mismo modo, los cristianos no debemos vivir segregados, cenados en un gueto o reducidos a una subcultura. Nuestra vocación es transformar, fecundar, mejorar la sociedad en que vivimos como ciudadanos con los mismos derechos y deberes que todos. Ni. tenemos que separamos de los demás ni debemos permitir que se nos excluya.
También somos luz, y por esto debemos estar en un lugar visible para que la claridad que emana de nosotros pueda acariciar todos los objetos, definir sus formas y posiciones. Las luces, aunque no se miren directamente, son puntos de referencia y hacen posible que nos orientemos. Por esto no tenemos que escondemos, conscientes de que la manifestación de nuestra fe es un servicio que hacemos a toda la sociedad. Lee el resto de esta entrada »