Domingo 28 T.O. – 15 de Octubre de 2017
Evangelio: Mateo 22, 1-14.
Han pasado ya veinte siglos desde que Dios, Padre, se nos ha manifestado en su Hijo, se nos ha revelado como amigo, como hermano, como Amor, y aún seguimos teniéndole miedo; seguimos pensando que es un Jefe autoritario o un Juez que castiga nuestros fallos y debilidades.
Todo el empeño de Jesús fue mostrarnos el rostro amable y sonriente de Dios, que es Padre y nosotros seguimos empeñados en tratarle de Usted, no por respeto, sino por miedo.
Por eso, esta parábola es totalmente actual para nosotros. La invitación a la fiesta, al banquete, a la alegría, a la felicidad es una constante por parte de Dios a sus hijos.
Esta vez el Reino es comparado a un banquete de bodas al que, en primera instancia, se invita a ciertas figuras representativas de la sociedad. Es como la primera etapa necesaria para llegar al desenlace: hay personas que, a pesar de sus apariencias, no pueden participar del Reino porque otros intereses les preocupan más, y porque, en el fondo, parecen despreciar al rey que los invita. Lee el resto de esta entrada »