BLOG DE ANTENA MISIONERA

"Mirar con los ojos de los que sufren"

Creer en la esperanza contra toda esperanza

Posted by antenamisionera en noviembre 28, 2013

Domingo 1º de Adviento – 1 de Diciembre de 2013

Evangelio: Mateo 24, 37-44.1AD2.2

Por José Larrea Gayarre

Comenzamos hoy el Adviento. Dios decide hacerse hombre, quiere compartir nuestra naturaleza con sus grandezas y debilidades, quiere vivir entre nosotros para trasmitirnos su palabra y su vida, para que podamos ir descubriendo el misterio oculto de Dios al vivir conscientemente en su cercanía, al contemplar su vida.

Adviento es tiempo de espera del Señor, lo acabamos de oír en las lecturas, la primera de Isaías es un llamamiento a levantar nuestra mirada hacia el Señor que viene, nos ha dicho: “Él nos mostrará los caminos que hemos recorrer y marcharemos por sus sendas”. San Pablo nos ha advertido: “daos cuenta del momento en que vivís, ya es hora de que despertemos del sueño, se acerca nuestra salvación, vestíos del Señor Jesucristo”. Mateo ha insistido en el mismo mensaje: ”estad preparados, porque viene el Hijo del Hombre que nos trae nuestra salvación”. Es la palabra que Dios nos tramite hoy.

Las cuatro semanas del Adviento representan una llamada a la esperanza ante el nacimiento de Dios en la Navidad y su manifestación a toda la humanidad en la Epifanía. Será nuestro encuentro con Jesús el Dios que ha querido nacer y crecer como uno de nosotros, quiere que al ver su vida, comprendamos cómo es posible vivir transformándonos con libertad en hermanos suyos, hijos de Dios, para1Ad1.1 un día vivir con gozo en la plenitud de su ser.

Adviento es el tiempo en el que oiremos a Jesús que nos predica, al igual que el Bautista, que el Reino de Dios está cerca, ya está entre nosotros, que preparemos los caminos del Señor. Es el tiempo en que Jesús nos dice que no podemos vivir en la desesperanza, afianzados en los bienes de este mundo, que llamamos “dinero, egoísmo, ande yo caliente…aquí no hay nada que hacer, el mundo no tiene remedio, la política es pura farsa…” y tantos otros slogans cargados de pereza y de frivolidad. Adviento es el tiempo en el que oímos que un cristiano debe nadar contra corriente, y contra toda esperanza, que hemos de creer en la esperanza que Jesús nos trae.

El deseo de Jesús al nacer es que nuestra vida sea una manifestación actual que resulte más inmediata, más cercana, para quienes conviven con nosotros de su vida en nuestro mundo, de su presencia en nosotros, de que los misterios que vamos a contemplar en estos días se dejen ver en nuestra vida. Esto exige de nosotros momentos de sosiego, de paz interior para contemplar, para hacer nuestra la vida de Jesús, y reflexionar también en la nuestra.

Por eso este tiempo de Adviento ha de estar abierto a una reflexión necesaria para mantener nuestra conciencia lúcida. Nuestros encuentros con Dios son los momentos fundamentales que necesitamos para apoyar y revisar nuestros criterios, para fijar las normas básicas que presidan nuestro comportamiento. Nos lo ha recordado San Pablo, “éste es tiempo para despertarnos, para encontrarnos con Dios en oración”, así lo hacía también Jesús.

No olvidemos el mensaje de hoy: Jesús quiere que el misterio de su persona vaya penetrando en nosotros y que como hermanos suyos continuemos y completemos los misterios de su vida; que en nuestra familia, en el trabajo, en nuestra vida social seamos capaces de manifestar que el Espíritu de Jesús mora en nosotros, que nos ayuda a mirar a los demás, a respetarnos, a prestar ayuda, a vivir con el afecto, con la dignidad de hijos de un mismo Padre, que nuestra vida manifieste la realidad que vivimos al ser hermanos, hijos de Dios.

El Señor viene, viene en nuestra ayuda, nos trae la salvación de Dios, salgamos a su encuentro con ánimo abierto, generoso y esperanzado.

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